EL ESTALLIDO DE LA CONCIENCIA

Parte VI
I

(Una historia continuada)

  7905S1

Alguno de ustedes probablemente ha estado preocupado en lo referente a mi historia ya que pareciera estar un tanto fuera de lugar, en comparación con el resto del Mensajero de Luz... ¿o no? Mi historia podría ser tu historia porque representa los esfuerzos de un individuo en su busca de la verdad y por entender. El estallido de la Conciencia ha sido literalmente una experiencia para mí. Cuando tropecé con aquella mina de tierra en Viet Nam, perdí cerca del 50% de los músculos en mis piernas y estuve diciendo que nunca caminaría sin ayuda. Mi vida realizó un giro completo y aquella experiencia fue el catalizador que me proyectó hacia un mundo de filosofía y experiencias completamente nuevo. No perdí nada, excepto quizás un tipo de vida que me estaba llevando a un callejón sin salida, ¡pero como gané!

Siendo requerido para ayudar en la escritura del Mensajero de Luz y a escribir mi propia historia, he sentido emociones mezcladas de sensación de honor, y al mismo tiempo internamente frustrado. Para alguien que nunca escribió a su casa cuando estaba afuera  en el Campamento o en la Armada, escribir no es fácil. Los pensamientos son claras imágenes en la mente, pero traducirlas a palabras es difícil. Cuando es el tiempo de hacerle correcciones a mi artículo para publicarlo, siempre me parece muy incoherente, pero de alguna forma Peggy maneja toda su coherencia para que exprese exactamente lo que quise decir. Recientemente aprendí que ella fue mi “hermana kármica” y quizás esto es por lo que ella puede entender mis pensamientos y ajusta los detalles que olvidé. Aún me siento frustrado porque no he podido hacerlo por mí mismo pero supongo que en esto también hay una lección para mí.

En este punto, trataré de empatar alguno de los finales perdidos junto con aquello que siento quedó flotando en los anteriores episodios. Regresando a Viet Nam y al título de mi historia,  que incidentalmente fue estampado por Richard, recuerdo mi primera noche en una maniobra de combate. ¡ Estaba aterrado y rezaba a Dios fervientemente, probando que había un Dios (no estaba seguro realmente), para que me sacara de aquella situación! Tres meses más tarde, fue evacuado después de haber sido herido severamente, y olvidé todo a cerca de mi oración. De hecho, no lo recordé hasta ocho años después cuando David me lo trajo de regreso a mi conciencia. Pareciera que hice un negocio con Dios aquella noche y le dije que haría cualquier cosa si podía sacarme de allí. Ahora, me encuentro compartiendo con aquel acuerdo que hice hace tanto tiempo. Olvidé, pero mi Ser Superior recordó y me mantuvo responsable.

¿Recuerdan al Monje Vietnamita que mencioné al principio de mi historia? Bien, no suficientemente sorpresivo, me lo volví a encontrar otra vez en mi vida. Solo que esta vez estaba en la sala de los Rebeck. Una noche David anunció casualmente que el Monje había hecho su transición y que estaba parado detrás de mí. “Él siente que tiene contigo una deuda”, dijo David. ¿ Una deuda? Ni siquiera podía imaginarme de lo que él estaba hablando. Ni siquiera había sido su nombre, ¿ Por qué habría de tener una deuda conmigo? Consideré las palabras de David por un largo tiempo hasta que finalmente se me hizo la luz. Cuando nosotros estuvimos en Nam, algunos de mis compañeros quisieron destruir el templo del Monje, pero yo había intervenido para pararlos. Aparentemente esta era la deuda, aunque en mi mente hacer esto fue algo muy natural y que no requería pago. He tenido otras preguntas sobre el Monje desde entonces. ¿Por qué hizo él tanto esfuerzo para verme en Viet Nam y por qué respondí? ¿ Y por qué me invitó solamente a mí a su templo, en vez de a otros muchachos? Quizás algún día conoceré estas respuestas, pero por ahora he dejado de preocuparme.

De cualquier forma, he tenido algunas grandes nuevas que reportar... ¡ todos ustedes están invitados a mi matrimonio! Después de muchos años de espera, uno de mis más queridos sueños ha sido realizado. He encontrado a mi amor (Lillian Hemmer), y nos vamos a casar. La ceremonia será el 2 de junio del ’79, en el Santuario, el Inverness. Uniremos nuestros corazones estando juntos en el mismo centro del nuevo Símbolo del Color, exactamente a las 3:25 P.M., momento en el que nuestro Astrólogo favorito pensó era el apropiado. Tengo casi 36 años y ésta es la primera vez que he hecho un compromiso legal. ¡Estoy asustado y sabes que sí!

Continuación  Parte VIII
         Salvatore Cacciola.

Volver