EL ESTALLIDO DE LA CONCIENCIA

Parte
IV

       7811S1

Cinco meses después de haber sido herido en Viet Nam, fui retirado y dado de baja, con un 80% de invalidez.  Traté  de regresar a mi antiguo oficio de estilista de peluquería, pero mi concentración ya no estaba más allí y, a su vez, era muy duro para mí, físicamente hablando.  Durante este tiempo estuve involucrado en un romance, bajo el cuento de una amistad.  Estaba aburrido y en ese entonces, no podía entenderme ni a mí mismo ni al estado de mi país.  Cuando un amigo me sugirió que regresara a la escuela, pensé en esa idea y me inscribí en el instituto RCA, en Nueva York.

Repentinamente, las puertas de la iluminación comenzaron a vislumbrarse sobre mí.  Un día, un compañero de estudio me dio un libro llamado el estrangulador de Boston.  En el libro, leí como la policía de Boston estaba muy frustrada por su incapacidad para capturar al estrangulador, que llamaron secretamente a un psíquico de Holanda.  ¡Estaba fascinado por este hombre, Peter Hurkos, y sus habilidades!  Leyendo sobre cómo la policía de Boston trataba de ponerle trampas a Peter y su ser sabiendo y viendo a través de sus trampas, ¡realmente cautivó mi interés! Desde ese momento, comencé a leer todo lo que podía conseguir referido al tema del fenómeno psíquico.

Otro amigo estudiante me inició en el Control Mental Silva.  Tomé el curso, y aprendí a cómo relajarme.  También aprendí a cómo localizar condiciones negativas en mi cuerpo físico y convertirlas de una forma constructiva.  ¡El curso me ayudo a dejar de fumar! Para poderme graduar, se requería que hiciera 5 exámenes de ejercicios.

Un día durante un ejercicio de rea condicionamiento con el Control Mental Silva, mientras estábamos hablando con un guía imaginario, experimenté algo que es difícil de describir.  Se nos dijo que nos proyectásemos (mentalmente) a un lugar cercano, a un lago y que no viésemos allí en un estado de relajación.  Me vi a mí mismo sentado sobre un mantel, con mis pies en la arena, lo cual realmente me pareció sentir.  El sol lo sentí muy caliente sobre mi cuerpo, había una brisa suave, y experimenté la presencia de una delicada fragancia que despertó mis sentidos.  Se nos pidió que nos visualizásemos caminando despacio dentro del agua y estar conscientes de todo lo que estábamos experimentado.  El agua estaba a una temperatura confortable mientras lentamente me sumergí hasta el cuello.  Metí mi cabeza dentro del agua y abrí mis ojos, pero no vi nada.  Cuando saque mi cabeza, tuve una fuerte sensación de que estuve realmente allí así como sentí el agua fluyendo por la parte de atrás de mi cuello. ¡Entonces sucedió algo totalmente inesperado! Vi una mano gigantesca venir desde el cielo y colgando de ella, estaba una cadena y una cruz con el sol que reflejaba la luz de la cruz en mis ojos.  Cuando emergí de la visión y regresé a la habitación, esta parecía en penumbras comparado con lo que yo había experimentado.  La pregunta en ese momento fue... ¿Por qué? ¿De donde vino esa experiencia? Sentí que para mí era tiempo de despertarme, y ahora me doy cuenta de que el despertarse es un proceso continuo.

Próximo capítulo: Las extrañas circunstancias que me llevaron a Florida.
 

Continuación  Parte V

Salvatore Cacciola

Volver